En los últimos meses, operadores de juego y empresarios de todo el mundo han seguido de cerca la evolución de Brasil, que se acerca cada vez más a la implantación generalizada de un mercado de juego regulado. Las autoridades brasileñas han aprobado un proyecto de ley para legalizar los casinos y otras formas de juego.
Antecedentes del proyecto de ley
Como ya informamos en abril, Brasil lleva tiempo preparándose para poner en marcha un mercado de juego regulado. El juego está prohibido en el país desde la década de 1940, pero a lo largo de los años han aumentado los llamamientos para que se revisen estas leyes. Es probable que la relajación de las restricciones en otros países de Latinoamérica haya contribuido a animar a las autoridades brasileñas a reconsiderar la forma en que el país aborda y regula el juego.
En 2023, Brasil publicó una ley para legalizar los casinos en línea y las apuestas deportivas. Esto supuso un gran paso adelante, y ahora el país parece avanzar aún más con un proyecto de ley que legalizará los casinos, los juegos de bingo y las apuestas hípicas.
El proyecto de ley fue aprobado a principios de mes por la Comisión de Justicia y Ciudadanía del país, por 14 votos a favor y 12 en contra. Se trata de la segunda etapa de un proceso de tres pasos. El proyecto fue aprobado primero por la Cámara de Diputados y ahora debe pasar al Senado para una nueva revisión.
Casinos en Brasil
Si el proyecto de ley de legalización de los casinos se convierte finalmente en ley, permitirá la existencia de casinos en complejos turísticos y centros de ocio. Según los términos del proyecto de ley, estos centros se definen como hoteles con al menos 100 habitaciones, bares y espacios para reuniones. Además, los cruceros y barcos con al menos 50 habitaciones también podrán operar casinos.
Brasil es un país enorme, con una población de más de 205 millones de habitantes. Sin embargo, habrá normas estrictas en cuanto al número de casinos permitidos en cada estado brasileño. En Sao Paulo se permitirán tres casinos, y dos en Río Janeiro, Pará, Amazonas y Minas Gerais. Los demás estados sólo podrán tener un casino cada uno.
Otras formas de juego
El proyecto de ley de legalización de los casinos también promete legalizar el bingo, en formato de cartón y electrónico. Esto significa que los jugadores podrán visitar salas de bingo y conectarse a Internet para disfrutar de partidas de bingo en vivo.
Cada municipio brasileño podrá tener una sala de bingo. Esta norma cambia ligeramente para las ciudades más grandes, donde se permite una sala por cada 150.000 habitantes. Las nuevas licencias de salas de bingo tendrán una duración de 25 años.
Los organismos dedicados al turismo se encargarán de gestionar las apuestas hípicas. Estos organismos también podrán gestionar los juegos de bingo si se celebran en locales de carreras de caballos.
Nuevas normas fiscales
Si se aprueba el proyecto de ley para legalizar los casinos, está previsto que entren en vigor nuevas normas fiscales sobre el juego. En primer lugar, se establecerá una Tasa de Inspección de Juegos y Apuestas, que deberá pagarse cada tres meses. Esto supondrá una tasa periódica de aproximadamente 109.000 dólares para los casinos, 54.500 dólares para las plataformas de casinos en línea y 3.600 dólares para las salas de bingo.
Además, el proyecto de ley establecerá un tipo impositivo del 17% sobre los ingresos brutos, así como un impuesto sobre la renta del 20% para todas las ganancias superiores a 1.817,75 dólares.
Protección del jugador
Por último, el proyecto de ley de legalización de los casinos también introducirá nuevos protocolos de protección del jugador. Se creará una iniciativa de autoexclusión para los jugadores de los casinos tradicionales. Bajo el nombre de Renapro, todos los operadores deberán comprobar si los jugadores están inscritos en este registro antes de permitirles jugar.
También se aprobarán nuevas leyes sobre juegos sin licencia y manipulación de juegos. La participación en juegos sin licencia puede acarrear una condena de cuatro años de prisión, mientras que la manipulación de juegos puede acarrear una condena de siete años. Estas penas pueden duplicarse si los delitos afectan a jugadores vulnerables, como menores o ancianos.
Conclusión
Brasil avanza rápidamente hacia un mercado del juego regulado. Si el proyecto de ley para legalizar los casinos pasa la fase legislativa final, podemos esperar ver una explosión de la actividad del juego en el país. Brasil, y la región de Latinoamérica en general, es sin duda una zona que los operadores deberían tener en cuenta.